Su cuerpo se tensa. Su respiración se vuelve apretada y superficial. Comienza a inquietarse. Siente que su presión sanguínea sube. Inesperadamente se enfurece: “¡Te he dicho ya cinco veces que tu hora al doctor es hoy!” ¿Le suena familiar?
A veces puede ser extremadamente difícil cuidar a una persona, especialmente cuando se trata de que su ser querido se bañe, termine su comida, haga una tarea, o entienda lo que le dice. Desafortunadamente no nos conduce a ninguna parte perder nuestra paciencia. Una vez que sus palabras hirientes salen disparadas de su boca, usted no puede recuperarlas. La falta de paciencia aumenta nuestro nivel de estrés y la excesiva tensión puede dañar físicamente a nuestro cuerpo. Además, es muy probable que al volvernos impacientes nos sintamos mal y que nuestro ser querido se sienta herido y humillado.
El humorista estadounidense, Arnold H. Glasow, comentó: “La clave para todo es la paciencia. El pollo nace al incubar el huevo, no al golpearlo para que se abra”. Como cuidadores, necesitamos paciencia en la vida diaria. No podemos cambiar el comportamiento de una persona que sufre de demencia, o de cómo se siente o reacciona cuando usted lo cuida. Pero podemos controlar cómo respondemos a una circunstancia fuera de nuestro control. Si usted sufre de los síntomas de falta de paciencia, ¿qué puede hacer? A continuación algunas ideas que podrían ayudarlo.
Descubra lo que gatilla su impaciencia
Muchos de nosotros tenemos “desencadenantes” que generalmente nos vuelven impacientes. Estos podrían ser algunas frases, diferentes horas del día, sentirnos cansados o con hambre, o cosas específicas como estar atrasados o apurados, lo que nos ponen en un estado mental impaciente.
Piense en la última vez que usted se volvió impaciente. Trate de identificar sus desencadenantes y haga una lista. Si desea dar un paso más, pregunte a algún familiar o amigo si conocen lo que lo molesta. Una vez que haya identificado sus desencadenantes, puede planificar estrategias para evitar una conducta impaciente.
Maneje sus síntomas y sus emociones
Usted puede definitivamente elegir cómo reacciona en cada situación. Puede elegir ser impaciente o no.
Analice su cuerpo la próxima vez que se vuelva impaciente. Trate de mirar la situación desde la mirada de su ser querido. ¿Es el fin de un largo día y usted y su ser querido están agotados? ¿Tiene hambre o sed? Tal vez usted está deshidratado y necesita tomar agua, o su nivel de energía está bajo y necesita un bocadillo. ¿Están sus músculos volviéndose tensos? A lo mejor necesita una pausa de cinco minutos para descansar y relajarse o dar una caminata ligera para soltar la tensión.
Respirar en forma lenta y profunda mientras cuenta hasta diez lo ayuda a bajar su ritmo cardíaco. Incluso podría practicar esta respiración lenta varias veces para sentirse más relajado.
Recuerde sonreír. Si, una sonrisa lo puede ayudar a relajarse. Una sonrisa también puede darle a su ser querido la confianza de que todo va bien.
Cambie su forma de pensar
Modifique sus pensamientos de una forma que reduzca su estrés. Piense en algo que lo ayude a manejarse cuando pase por una situación difícil; por ejemplo, “Soy una persona humanitaria y cariñosa que hace lo mejor que puede”.
Recuerde que no es culpa suya. Los pacientes no recuerdan que le han preguntado antes la misma pregunta. Su ser querido no se comporta de una cierta forma solo para mortificarlo, o lo confunde a usted a propósito por otra persona. Esta enfermedad perturba partes del cerebro que afectan su comportamiento. Su ser querido no necesita ser corregido o que usted se involucre en una discusión que nunca ganará. Usted puede, por otro lado, distraer a su ser querido, o abandonar el lugar por algunos minutos para calmarse a fin de reducir su frustración. Al “actuar” con paciencia, usted “se sentirá” por lo general más paciente.
Escuchar en forma empática
Cuando comience a sentir que sus emociones aumentan, ¿qué es lo que escucha de la otra persona? Busque el significado y la emoción que hay detrás de las palabras. Trate de adivinar lo que podría estar causando este comportamiento.
Puede ser que su ser querido no esté seguro de lo que está ocurriendo y solo necesita un abrazo y tranquilidad. Al preguntarle a usted constantemente por la hora al doctor, su ser querido realmente le está tratando de decir que ¿está nervioso, que puede estar atrasado o que tiene temor de ir a ver al doctor? Si le presta toda su atención, tal vez pueda planificar mejor su respuesta a lo que su ser querido le dice o le pregunta.
¿Habla muy rápido y da tantas instrucciones que su ser querido pierde el rumbo de lo que le estaba diciendo o pidiendo que haga? Vaya más lento, en este caso, y hable más lento.
Consejos y técnicas
Volviendo a la situación de la hora al doctor: Una forma de manejar esto es usar una pequeña pizarra blanca y escribir allí las actividades diarias. Póngala en un lugar donde pueda indicarle a su ser querido que mire cada vez que le pregunte sobre una reunión u hora al doctor. Una rutina regular le ayuda a su ser querido a orientarse, entonces incluso escribir el horario de las comidas puede ser útil.
La habilidad de leer un reloj para decir la hora del día es generalmente una prueba para determinar el diagnóstico de demencia. Por ello, en la medida que el conocimiento cerebral disminuye, puede ser difícil para su ser querido entender lo que significan los diferentes números en el reloj. Existen relojes “para demencia” disponibles en el mercado que no solo entregan la hora del día sino también el día de la semana y que parte del día es: mañana, mediodía, tarde, noche. También existen relojes que hablan.
Algunos cuidadores han descubierto que la tecnología es una bendición, especialmente Echo de Amazon. Una de mis amigas de Facebook, Heather O’Neil, siempre elogia como Echo ha ayudado a que su madre se relaje y se vuelva más tranquila y contenta al cantar al unísono con la música programada por Echo.
¡Pueden haber días cuando usted simplemente deba disculparse por ser impaciente! Cuidar a un ser querido es un trabajo exigente y ninguno de nosotros es perfecto.
Cuídese
Impacientarse puede ser a menudo un signo de que usted está agotado y que cuidar a su ser querido en este momento es más de lo que puede manejar. Family Caregiver Alliance señala: “Compartir sus sentimientos con un terapeuta, un pastor, un grupo de apoyo o con algún otro cuidador en una situación similar puede ser una maravillosa forma de eliminar el estrés y de lograr recomendaciones útiles”.
¡Les deseo paciencia, paz, alegría, y compasión en su tarea de cuidador hoy día y todos los días!
Sobre Vicki Kaufmann: es educadora y consejera familiar profesional jubilada. Fue muy feliz y recibió muchas bendiciones durante los siete años, desde 1999 hasta 2006, cuando se convirtió en la cuidadora de sus ancianos padres. Su madre padeció demencia vascular y Alzheimer. Lean más sobre la vida de Vicki.